Segunda carrera de la temporada. La primera, para ir
cogiendo ritmo, de 12 horas en Puerto Lumbreras. Esta segunda, de mi distancia
(las 12h se me quedan cortas), se presentaba como una buena preparación y toma
de contacto, de cara al Campeonato de Europa (WEMBO) a celebrar en Finale
Ligure a finales del mismo mes.
Como siempre, la carrera empieza la semana previa, con los
preparativos y el viaje. Para no variar, voy tarde para preparar la bici y me
supone, dormir poco (de donde saco el tiempo). Decido correr con la vieja Scott
Spark, en lugar de una más nueva, aunque más pesada, Giant Anthem X de 29” que,
estoy probando para la revista Bike. No queda muy fina, sobre todo, el tema de
transmisión y rueda trasera pero, acabo hasta las narices y lo doy por válido.
Viaje a Santiago y llegamos al Monte del Gozo. Importantes
instalaciones las que tienen montadas para acoger a todo el mundo que se
desplaza a la ciudad gallega, con motivo de las peregrinaciones y demás
turismo. Destacaría las grandes facilidades que nos da la organización en todo
momento, tanto al llegar, como durante todo el fin de semana. Un diez para
ellos.
Por la mañana, las tareas habituales y a prepararse para la
salida. Me encuentro con viejo conocido del Troféu 2013 de Portugal, José Ramón
Torrado que, debuta en la modalidad individual, tras ganar el Troféu en
parejas. También tengo la posibilidad de conocer a FCFernandez, lector de esta web y
también debutante en la especialidad. Salgo tranquilamente, que queda mucho día
por delante. Voy entrando en calor a medida que pasa la primera vuelta. Tengo
problemas con el cambio trasero, como era de esperar. Salta un poco al meter el
piñón grande. En la segunda vuelta, los problemas se agravan y se sale la
cadena por arriba y se mete entre radios y cassette. Lo voy “trampeando”,
quitando un poco de tensión al cable pero, al final, tengo que parar a ajustar
el tope superior. No pierdo nada en la operación. No creo que llegue a los
veinte o treinta segundos.
No sé exactamente en qué momento, pero me pongo primero
relativamente pronto. Voy bien de ritmo, aunque, un poco rápido y con la
sensación de hacer un desgaste un poco “descompensado” con el ritmo que llevo.
No le doy importancia y sigo, con la intención de sacar vuelta al segundo, para
ir más cómodo. Al hacerse de noche, todo sigue
igual. Empiezo a sentir molestias en el estómago, quizá por los geles.
Sólo los tomo en carrera, nunca en entrenamientos y no estoy acostumbrado.
Según avanza la noche, empiezo a morir lentamente. La cosa
se empieza a poner fea (para mí) y tras dar dos vueltas con José Ramón, veo que
no puedo ir su ritmo. Aunque va doblado, veo que, con lo que pierdo en cada
vuelta, no llego ni a amanecer sin que me recupere. Arriesgo y me paro a
intentar echar una mini-cabezada de quince minutos para recuperar y así perder
menos tiempo por vuelta.
Como el último gel que he tomado es con cafeína, no consigo
dormir. Total, he perdido el tiempo y no he descansado. Vuelvo a salir. Tengo
el estómago cada vez peor, parece una olla a presión. Antes del comienzo de la
subida, tengo que parar a devolver. Me acuerdo de Junqueira, donde me pasó lo
mismo (pero, cuatro veces). Acabo la vuelta y paro a descansar. Veo que la
carrera está perdida. Ahora tengo que tratar de minimizar los daños. El
objetivo es parar lo máximo posible, perdiendo lo mínimo. Paro unas tres horas.
Es demasiado pero, puedo volver con fuerzas para hacer las últimas cuatro horas
con ciertas garantías.
He perdido varios puestos, cayendo hasta el quinto puesto.
Salvo José Ramón, el resto, hasta mí, estamos en la misma vuelta. El objetivo
es, pues, recuperar lo máximo. Salgo con ganas y voy relativamente bien (de
ritmo). En la vuelta en la que reinicio, ya me pongo tercero. Intento ir a por
el segundo pero, mantiene un ritmo parecido (o mejor, incluso, en alguna
vuelta), por lo que, es imposible recuperar media hora así. Me pongo en modo
defensivo, doy las dos últimas vueltas muy tranquilo, sabiendo que no tengo
nada que ganar y poco que perder. O eso creo, hasta que, a falta de cinco minutillos,
veo aparecer a Víctor González, con ganas de sacarme del podio. No he hecho buena carrera
pero, no voy a regalar nada. Me pongo a todo lo que puedo y consigo mantenerlo
a raya. Menuda paliza me tengo que pegar. Y yo que quería acabar tranquilo.
Mantengo el puesto y llego a meta. Es el momento de las
felicitaciones y abrazos. Ya ha acabado la carrera. ¡Por fin! Me alegro por
José Ramón, ha hecho una carrera muy buena. Ganador merecido, sin duda.
Viaje de vuelta. También, como siempre, es el momento en el
que reflexiono y analizo la carrera. No vuelvo nada contento. Si quiero ver el
lado positivo, he conseguido solventar la situación de estar muerto y seguir.
Además, creo que puedo sacar conclusiones positivas acerca de la alimentación,
para intentar solucionarlas, de cara a Finale (que, de no haber acudido a
Santiago, hubiese tenido los problemas en Italia). A posteriori, es fácil ver
lo que has hecho mal, puesto que, ya has visto cómo ha resultado tu decisión.
Ahora, es momento de aprender de los errores y no volver a cometerlos.
Nos vemos en Finale. Espero no fallar.
Fotos: JMFV